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La Economía Conductual en Tiempos de Pandemia -El Aporte para una Economía Humanizada.

En estos momentos de pandemia, sin duda, el factor crítico para a atender es la salud de la población a fin de evitar afectaciones que deriven en pérdidas de vidas o deterioros en el organismo de las personas. No obstante, el otro factor que ha prevalecido en la agenda mundial e incluso cuestionó las estrategias de salud, ha sido la economía, en tanto que es el entramado de la producción y distribución de bienes y servicios para que esa población pueda subsistir. Con una paralización casi total por meses, la economía enfrenta desafíos a fin de garantizar el mantenimiento de un sistema capaz de producir y satisfacer las necesidades de la humanidad. Es propicio, por tanto, provocar un modelo económico capaz de responder a las exigencias actuales.

Ciertamente con la pandemia, pareciera que los modelos económicos están siendo debatidos. Lo que ha acontecido y acontecerá requiere que tengamos la capacidad de observar las necesidades de la población no bajo esquemas tradicionales y estigmatizados y por otro lado que propongamos modelos de funcionamiento basados en datos, observaciones y análisis obtenidos de la misma población expuesta y sufriente.

Es así como la Economía Conductual, con exponentes como Richard Thaler, se presenta como una opción oportuna y útil al sustentase en factores psicológicos, sociales y cognitivos como influyentes en las decisiones económicas; lo que permite formular y potenciar modelos económicos basados en los patrones mentales y determinantes emocionales de las personas, al grado que se pueda propiciar una economía sustentable al responder a las “verdaderas” necesidades y preferencias de los agentes económicos naturales.

Los modelos económicos y de negocio específicos podrían beneficiarse de insumos sobre el proceso cognitivo y emocional, de las sensaciones y decisiones de los protagonistas económicos y de una humanidad en general que ha estado expuesta a restricciones físicas, limitaciones económicas, quebrantos, ansiedades y temores. Elementos que podrían dar paso a nuevos esquemas de comportamiento para reactivar el sistema de vida y que permita a todos la preservación como sociedad. Es momento propicio para proponer teorías y esquemas de conducta que estimulen una economía racional y sostenible al explorar propuestas que incentiven la reactivación económica sobre la oferta de productos y servicios y el proceso facilitador para que los consumidores tomen mejores decisiones conociendo la dominancia de sus preferencias y tendencias comportamentales.  El mercado debería comenzar a considerar estas pautas de comportamiento, más ponderadas, evitando caer en modelos tradicionales que hoy más que nunca resultan frágiles y unidireccionales.

En la actual crisis, prevalece la incertidumbre y por tanto la cautela en la inversión y en el consumo, creando un ambiente conservador. El juego de sensaciones es crucial en tanto evitar mayores pérdidas y resguardarse en un status quo que no exponga a riesgos, por lo que las personas buscarán atajos de información para accionar en su beneficio.

En este contexto, piénsese cómo pueden formularse incentivos que provoquen una reactivación económica sin menoscabo de la salud y tomando en cuenta los patrones preexistentes y los nuevos, en cuanto al comportamiento del consumidor para satisfacerse. Los agentes económicos podrían privilegiar la accesibilidad, la oportunidad y la percepción de confianza en sus decisiones de compra.

De acuerdo a la Economía Conductual se podrían propiciar ciertos “empujones” que lleven a las personas a generar nuevos hábitos de conducta y así provocar una nueva dinámica soecioeconómica, estimulando la producción de calidad y precio, la compra y el consumo racional, incitando una economía personal y familiar donde el sentido del ahorro y control de gastos se vean favorecidos. Por otro lado, muchos que habrán sufrido el desempleo ante la contracción económica, podrían generar opciones de reinserción laboral o de inversión para proyectos de emprendimiento, por lo que se debe considerar que estas decisiones se vean sustentadas en la capacidad de razonar, analizar, maximizar y ponderar proyectos que permitan concretar beneficios y evitar mayores perjuicios.

Habrá muchas posibilidades para aportar desde una economía que considere un sentido objetivo y emotivo, ya que hay una realidad externa condicionante y una motivación interna determinante, que deben conjugarse, de modo que podamos sacar aprendizaje de esta experiencia que estamos viviendo. Las políticas públicas por un lado y las decisiones personales de cada consumidor por el otro, deberían basarse en profundizar, determinar y aplicar conceptos sobre el comportamiento humano para restablecer un esquema sostenible y propiciador de bienestar para todos.

“La economía conductual no responde a ideologías políticas, es simplemente una herramienta que funciona muy bien” - Sendhil Mullainathan

“Los desastres son generalmente un buen motivo para volver examinar lo que hemos hecho hasta ahora, qué errores hemos cometido y qué podríamos mejorar” - Dan Ariely

www.coachinginteractivo.com

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