Ahora se detuvo el tiempo, la prisas y afanes se frenaron, los ruidos exteriores e interiores se acallan, las dudas básicas se detienen y la ansiedad cambia de rumbo. En esta pausa de vida, aislados e interpelados por las fuerzas de la naturaleza y el universo, nos encontramos en un momento más que propicio para tomar conciencia plena de la vida asumida hasta hoy. Habrá tiempo suficiente para evaluar el tipo de vida que elegimos y los derivados de la misma. Es un momento atípico favorable; detenerse para revisar y analizar aspectos clave de la realización personal: lo vivido, lo decidido, lo obtenido y lo que está por venir. Difícilmente podríamos quedarnos impasibles de cara a este desafío imperativo de respondernos sobre ¿Quién soy?, ¿Quién debo ser? y ¿Qué decisión debo tomar?, en función de las respuestas que obtenga de mí mismo/a.
No resultará fácil esta tarea ya que hemos crecido en una cultura de creencias superficiales y el rebaño nos ha llevado como borregos a un camino unilateral que nos condicionan a no analizar el deber ser de nuestras vidas, el porqué de ellas y cómo vivirlas conforme un propósito superior. Mientras otros, han partido frente a la embestida de eta pandemia, los que sobrevivan tienen la oportunidad invaluable para reafirmarse coherente, consecuente y responsablemente.
Favorecer una dinámica reflexiva y efectiva puede lograrse, considerando aquellas interrogantes que surjan de nuestro interior y las respuestas iluminadoras que se obtengan. Algunas preguntas guías para tomar conciencia podrían ser:
- ¿Quién soy?, ¿Quién debo ser?
- ¿Cómo he llevado mi vida hasta este momento?
- ¿Estoy satisfecho con los resultados?
- ¿Puedo y debo hacer ajustes o cambios?
- ¿Qué ajustes/cambios haría para conveniencia de dar a mi vida un significado trascedente?
Desarrollar este ejercicio, puede dar pie a una meditación a fondo sobre los despropósitos que hemos asumido y con ella conceptualizar un escenario estimulando y edificante de nuestras vidas. No hay que temer las respuestas que tendremos que darnos; lo importante es que todo tome su lugar y así sentirnos plenos y realizados. El indicador de éxito de este debate personal, sería la resolución de llegar a ser quien ERES en verdad, ni siquiera la mejor versión, si no la única y real esencia.
Cuando superemos este experimento de vida-novida, que se ha levantado sobre nosotros con esta amenaza a la existencia, por los que se fueron y por los que se quedaron, habría que tomarse una postura clara, definida, firme y transformadora, al grado que podamos proponer un nuevo modelo para nosotros mismos y para los demás.
Abstraerse de la realidad sería una locura considerando el precio que estamos pagando; lejos de ello, profundizar en la realidad sería potenciador, iniciando con la realidad de mi propia vida, de la que tenemos poder suficiente para darle un giro de valor y significado.
“Yo no soy lo que me sucedió. Yo soy lo que elegí ser” – Carl Gustav Jung
“Cuando dejo de ser lo que soy, me convierto en lo que podría ser” – Lao-Tsé