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La Administración Efectiva. -Condiciones y Acciones para Lograrla-

La administración es un concepto orientado a traducir acciones en resultados satisfactorios para una organización. Requiere de una aguda y atinada gestión por parte de los involucrados, tanto para quien ejerce la administración como para los que articulan las decisiones del administrador. Dejar al azar una actividad como ésta es abusar y manosear los recursos de las empresas y de esta forma mal utilizar talentos, tiempo, materiales, factores económicos, por mencionar algunos.

Administrar eficazmente requiere de competencias fundamentales como visión, liderazgo, planeación, toma de decisiones y otras más. Pero también implica algunas condiciones de tal peso que obliguen a actuar al administrador consecuentemente, y por otro lado requiere de acciones que nos hagan comprobar que esas competencias y condiciones se pueden concretar en evidencias. Examinemos estas condiciones y acciones para actuar ágilmente y garantizar una gestión confiable.

CONDICIONES:

  1. Asumir un compromiso con un proyecto. Todo administrador juicioso inicia con un compromiso básico consigo mismo y con la organización a la que pertenece. Este compromiso conlleva el adherirse a un código personal con una entrega permanente y sólida. La condición fundamental para iniciar un proyecto y darle continuidad hasta sus últimas consecuencias, es generar y sostener un acuerdo personal con ese proyecto para responder al mismo sin abandonarlo, evitando que quede sujeto al azar. El compromiso conlleva un esfuerzo permanente para la consecución de los objetivos de la organización y para que éste resulte confiable; no estará sujeto a negociación alguna, se asume o se claudica. Este compromiso es asumido desde la libertad y la madurez.
  2. Beneficio personal, pero, sobre todo, colectivo. Estar al frente o formar parte del equipo que direcciona una empresa implica una realización personal, en tanto que genera la satisfacción de realizar algo que contribuye al propio crecimiento del involucrado. No obstante, el principal beneficio radica en poder generar una utilidad (económica y/o social), así como una oportunidad laboral, profesional y personal a los demás miembros de la organización. La administración conlleva una responsabilidad seria y de profunda humanización en cuanto implica que el principal recurso a potenciar es el de la capacidad de cada miembro y en ese proceso facultarles para alcanzar mayores niveles de actuación y, por consiguiente, de satisfacción. Provocar el desarrollo de los demás es un motivo suficiente para generar toda una estrategia que empuje al despliegue de las energías propias y de otros; los otros que son motor y combustible para el fortalecimiento y crecimiento de toda empresa.
  3. Inversión de energías con un foco que sea edificante. Administrar bajo un estándar de excelencia nos permite canalizar energías vitales en un proyecto, una dirección y una dimensión que construye en todo sentido. Se trata de energías enfocadas a alcanzar logros trascendentes que generan oportunidades y bienestar.

ACCIONES:

  1. Apasiónese. El compromiso sólo se alcanza con una visible pasión vinculante al objeto del proyecto. Personalidades tibias o inexpresivas no son las más felices para contribuir al éxito de la faena diaria y permanente. Apasionarse implica una entrega real y total que se manifiesta en las ideas, comunicaciones y acciones. Esta pasión se vuelve contagiosa y altamente positiva para la persona que lo vive y para quienes conviven con esa persona. Los apasionados irradian entusiasmo e impulsan a otros constructivamente.
  2. Trabaje diligentemente. Mantener un ritmo constante y acelerado. Concentrarse en la ejecución y finalización de las tareas para iniciar un nuevo ciclo, es la permanente realidad de los entregados a un proyecto empresarial que pretenda consolidarse.
  3. Defina propósitos estimulantes. Una empresa exitosa debe regirse por objetivos y metas capaces de motivar a los integrantes. Debe formularse expresiones de grandeza a alcanzar que despierten las energías de los cercanos y lejanos. Esos propósitos deben comprender un desafío capaz de activar las mentes y cuerpos en los involucrados.
  4. Cohesione a los miembros de la organización. Estimule la integración de los implicados en torno a los propósitos mencionados anteriormente. Es de vital importancia que el equipo funcione estructurada y monolíticamente, en pos de la gran meta: fortalecer la empresa con éxito. Un atributo del buen administrador es su capacidad de promover ideas, emociones y acciones de los integrantes del equipo, generándoles un sentido pleno de pertenencia e identificación mutua.
  5. Verifique y estimule los logros de forma constante. Mantener una frecuente revisión de las metas y generación de medidas de corrección en aquellos aspectos de desviación. La retroalimentación positiva pero exigente dinamiza equipos enfocados a los resultados, sin olvidar que provoca adicionalmente sentido de integración.
  6. Potencialice constantemente a su personal. Una acción inherente pero muchas veces descuidada de la administración, es la de actuar como mentor, orientador y formador de los integrantes del equipo. El administrador debe ser capaz de reproducir en los demás aquellos valores, destrezas y competencias que coadyuven a un desarrollo continuo de forma individual y colectiva.

“No se trata de dinero. Se trata de las personas que tienes, y en cómo las guías” -Steve Jobs

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