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Preguntas sin Formular y que podrían Cambiar nuestras Vidas

Muchas veces sobrellevamos nuestras vidas de forma anestesiada para nosotros mismos, casi de forma irreflexiva, enfocándonos a vivir superficialmente, por simple inercia. Es una especie de estar en un estado comatoso, donde nos nubla las apariencias y no percibimos la realidad en su plenitud, si no estímulos y respuestas. En estas condiciones carecemos de sentido, enfoque y dirección.

Precisamente llevamos una vida enroscada en un funcionamiento permanente, rutinario, simplista, inoperante, desgastado y hasta ignorante de nosotros mismos. Y aún así persistimos en él, como autómatas, sin deseos ni criterios para revisar, analizar y fundamentalmente, cambiar. Nos predestinamos a un esquema limitado, miope y estéril, que termina agrietando nuestros proyectos; básicamente porque no ampliamos nuestro foco y horizonte, desde el cual nos permitiría actuar de forma selectiva, efectiva y productiva.

Podemos y deberíamos romper este esquema disfuncional y generar un despertar. Para ello una actividad de rigor es tomar conciencia de nuestras vidas, lo cual nos permite salir de ese coma existencial. La toma de conciencia o autoconciencia conlleva un amanecer fascinante en tanto que nos enteramos de la valía y trascendencia de nuestras vidas en todas sus dimensiones. Para iniciar este ejercicio enriquecedor podemos respondernos a preguntas básicas pero cuyas respuestas encierran una sabiduría interior capaz de transformarnos; a continuación algunas de esas interrogantes esenciales:

1. ¿Me conozco realmente? Esta es una pregunta iluminadora y determinante, en tanto que las personas perseguimos caminos diversos sin conocernos con certeza. Cada quien debería analizar qué tanto se conoce y qué conoce de sí mismo. Es sorprendente cómo transcurren nuestras vidas, con años, experiencias, acontecimientos, ideas, emociones, vivencias, y no obstante todo ello, no hacemos reconocimiento y aprendizaje para detenernos y decirnos: “estoy en este momento y éste/a soy yo”. Lejos de eso, las personas crean conceptos artificiales de sí mismos sin asomarse a la verdadera esencia de sus naturalezas, y desde ese falso autoconcepto construyen sus acciones las cuales muchas veces están destinadas a fracasar, ya que no se basan en verdaderas columnas del ser si no en endebles ideas erróneas de ese ser. Y algo realmente más grave que el mismo desconocimiento es la ausencia de interés por conocerse, relegando y hasta olvidando algo fundamental para quien desea realmente progresar y superar sus patrones de vida.

2. ¿Cuáles son mis principales características personales? Adentrarse en conocerse a sí mismo, implica identificar aquellos rasgos de personalidad que mejor definen su comportamiento. Señale con precisión sus características de comportamiento: ¿es usted responsable, dinámico, introvertido, extrovertido, organizado, detallista, intuitivo, etc. etc.? Conforme usted logra definir esos rasgos distintivos, peculiares e intransferibles, entonces usted toma consciencia de quién se es y cómo se es. Esa huella digital de su carácter y personalidad le proveerá de elementos para  orientar sus energías internas en consecución de sus objetivos personales.

3. ¿Cuáles son mis principales recursos? De igual forma, debería determinar cuáles son los recursos con los que cuenta, es decir, conocimientos, habilidades, sistemas de creencias, energía, cultura, etc. También acá afloran lo que efectuamos en el apartado anterior, es decir, qué características de personalidad posee. Contar con un inventario de estos recursos nos permite evaluar proyectos y cómo podríamos abordarlos desde esos recursos. Desconocer esos recursos es similar a emprender un viaje sin contar con las herramientas básicas o necesarias para llegar a feliz término. La aventura de la vida sin identificar esos recursos personales sólo podría desembocar en una travesía incierta. Estos recursos se convierten en elementos de poder para concretar los objetivos que nos trazamos.

4.¿Cuáles son mis talentos? Debemos considerar así mismo nuestros talentos, esos dones especiales que nos hacen funcionar de forma  excelente y capaz de marcar la diferencia y dejar huella, desechando una tímida actuación para pasar a una acción decidida. Los talentos normalmente nos engrandecen y engrandecen a los que se involucran en nuestras actividades. Reconocer nuestros talentos nos obliga a utilizarlos de forma continua, evitando que se diluyan en un desconocimiento y en ese proceso perder presencia y acción por la razón de no actuar consecuentemente con nuestras facultades más potentes. Maravíllese de la multiplicidad que puede llegar a alcanzar a través de sus talentos. Pregúntese ¿en qué es bueno usted?

5. ¿Qué decisiones he tomado en mi vida y qué aprendizaje he obtenido de ellas? Las decisiones que han marcado un punto de nuestras vidas, son una clara lección para el crecimiento; preguntarse cuáles han sido éstas y sus efectos en mi desarrollo es algo crucial para capitalizar. Esas decisiones que establecen un punto de inflexión o de reflexión, haciéndonos capaces de definir rutas para ascender, retomar o bien para declinar, pero todas, al final de cuentas, son enfocadas a ser un factor de crecimiento individual. Revise qué decisiones ha tomado y desde qué marco lo hizo, eso le ayudará a determinar sus futuras decisiones de forma más coherente.

6. ¿Cuál es el sentido de mi vida? Y la pregunta de rigor sería sin rodeos ¿cuál es la razón para mi vida?, de no responderla es accidentar la vida totalmente. El sentido de la vida es como determinar cuál es la principal tarea que me ha sido encomendada y que le da brillo, realización y concreción a mi vida. Tiene que ver con la finalidad trascendente desde la cual me siento genuinamente vivo. Ese sentido le provee el ropaje necesario a cada persona para sentirse revestida, cubierta y dispuesta a lanzarse a las mayores travesías. Identificar el sentido de la vida se relaciona directamente con aclarar el trazo que debe llevar mi vida en medio de toda circunstancia, al grado que ese trazo  se realiza con robustez y firmeza a cada acto. Es una pregunta capaz de cautivar pero que bloquea el entendimiento si no se toma el tiempo para reflexionar y profundizar en la respuesta correcta.

Por supuesto que estas preguntas y otras más, se perfilarán como la clave para alcanzar el conocimiento pleno de nosotros mismos y con ello facultarnos a proseguir el trayecto de realización que todo ser humano está llamado a alcanzar. Tómese el tiempo  ahora para responderse, seguramente descubrirá que la información no será fácil de obtener pero sí  tan potente que hará que su vida en lo sucesivo se conduzca por senderos más visibles y certeros.

"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante” – Oscar Wilde

"El hombre tiene un tirano que es la ignorancia” – Víctor Hugo

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