La fantasía de muchas personas en el ambiente empresarial es encontrar el lugar ideal para laborar. Ese lugar romanticamente agradable que conlleve la realización “plena”. Pero ¿qué características deben poseer esta empresa ganadora? Veamos algunos rasgos: a) Empresa estable, ¿cuál lo es ahora? ¿Cuántas empresas han subsistido a través del tiempo? b) Que provea desarrollo traducido muchas veces en ascender vertiginosamente y poseer estatus en la escena organizacional, ser visible y figurar ante un grupo par de personas que se aceleran constamente en obtener el éxito. c) Proveer un salario competitivo que satisfaga los presupuestos exigentes de todo profesional en claro ascenso. d) Contar con un equipo gerencial constituido por líderes que guien o provean coaching de clase mundial.
Desafortunadamente, nos enfocamos en encontrar el lugar perfecto ilusoriamente descuidando el perfil individual, y luego grupal que debería edificar ese lugar anhelado. Tenemos la manía autodestructiva de enfocarnos en lo exterior y olvidar que lo interior es lo que transforma el exterior una vez hayamos transformado previamente nuestro ser. Resulta alartamente observar a muchas personas en la búsqueda de la tan ansiada empresa ganadora descuidando el tan necesario perfil ganador para llegar a ella. Basta de anhelar porque es hora de construir.
Construir un perfil ganador tiene sus causes en su dimensión personal plena, en la estructura básica personal donde prevalece su código único como ser humano y que se ha distorsionado conforme se “forma” en un ambiente que responde a criterios y valores cada vez más superficiales y menos efectivos. Haga un primer encuentro consigo mismo/a y mantenga el proceso de conocerse, obteniendo información, retroalimentación y recursos potentes que podrán orientar su vida por la senda correcta.
Considere los siguientes elementos para la conformación de ese perfil:
Actitud: Trabaje en su actitud, la positiva, la creativa, la propositiva, la energica, aquella capaz de ver el entorno como un desafío enriquecedor. Nos encontramos cada vez más con personas cuya actitud es su principal obstáculo para el progreso personal y profesional.
Se han concentrado en ver la realidad como un reacomodo de situaciones en donde ellos mismos sólo son observadores pasivos sin actuar con firmeza en ese escenario, si no mas bien, quedan a la expectativa y esperan encajar en algún espacio de ese gran rompecabezas de vida.
Conocimiento: Conforme incursionamos en la vida debemos invertir tiempo en adquirir conocimientos acordes a nuestro quehacer, el cual nos pueda dar elementos y criterios para un mejor accionar. Más ahora que los modelos preestablecidos se vuelven anacrónicos con celeridad. Hablamos de conocimientos orientados a solucionar problemas reales en su área de gestión. Adquirir información útil sobre el qué y cómo nos ayudará a visualizar el cuadro completo y así poder favorecer una decisión práctica y útil.
Comportamiento: De más está decir que si he transformado mi actitud y que sí he logrado adquirir conocimientos, éstos deberían traducirse en actuaciones significativas y determinantes hacia el medio donde me encuentro. Podremos disponer de actuaciones plagadas de estusiasmo maduro y energías constructivas. Este comportamiento no sólo relevará productividad si no una mística real en la misma, generando un ambiente febril orientado al logro de objetivos reales. No debemos olvidar que las personas usualmente actuamos de alguna forma específica porque no disponemos de otra pauta, no la hemos aprendido. Con actitud libre y un conocimiento edificador, comienzo a ampliar los horizontes con conductas diversas y enfocadas a una verdadera realización.
Una vez constituido lo anterior, actitudes, conocimientos y comportamientos, tendría que ser capaz de encontrar empresas ganadoras, comenzando por la personal, su propia empresa de vida; luego podría incursionar en búsquedas de aquellas donde usted pueda aportar al crecimiento organizacional, sin olvidar que a lo mejor usted ya se encuentre en una de ellas y sea un terreno inmediato para traducir su pefil ganador en uno de mayor magnitud al convertirse en un elemento humano clave de crecimiento de una empresa.