La ensoñación y fascinación del concepto LIDERAZGO, continúa despertando demasiadas expectativas que normalmente se convierte en un término atractivo de conversación pero pocas veces de realización. Es decir, podríamos pasar horas enteras debatiendo sobre el trasfondo del liderazgo y sus manifestaciones, sin que se concrete una transformación de los involucrados en un verdadero liderazgo en sus vidas.
Es un tema que despierta pasiones superficiales y paradójicamente no logra apasionar profundamente a los oyentes o lectores a iniciar y mantener un cambio de su liderazgo personal. Sin duda, es mucho más entretenido y divertido elucubrar que actuar. Actuar implica hacerse cargo de uno mismo y eso deja de ser divertido para muchos.
Pese a todo, lo rescatable de este fenómeno social, grupal e individual es que existe un público al cual se le puede motivar a que pase de las tertulias sobre el tema de liderazgo a que se vuelvan protagonistas con sus acciones de un liderazgo genuino que provoque el interés en los demás y genere no sólo más análisis del tema, si no y sobre todo, una dinámica estimuladora de cambios.
Ahora bien, a ¿qué se debe que nos concentremos en la teoría y no en la práctica del liderazgo? Una de las razones para ello es que abordamos el tema como espectadores y no como actores. Para ser actores reales, un factor clave del liderazgo es la autoconciencia; antes de deleitarnos con la sensación vana y del atractivo de ser líder estamos obligados a generar dicha autoconciencia, es decir, tomar conciencia de cómo me veo y cómo actúo desde el papel de un líder de mi propia vida: ¿quién soy yo?, ¿me conozco lo suficiente para definir mis principales virtudes que me harían un líder efectivo? ¿soy líder?, ¿qué me limita?, ¿cómo podría mejorar mi liderazgo?, ¿qué me define como líder?, etc., etc. El límite de estas preguntas es lograr el conocimiento de sí mismo, por tanto, no hay final de las mismas.
Frecuentemente este factor clave de autoconciencia de mi vida y del liderazgo de mi vida, se sacrifica, se descuida y se relega, por tanto la base del auténtico liderazgo no suele trabajarse y nos concentramos en aspectos exteriores como conocimiento, apariencia, tono, autoridad, entre otros. Nos enfocamos normalmente, en cierto grado de conciencia del liderazgo proselitista y ególatra, evitando asumir responsablemente el análisis de mi propio liderazgo. Pasemos de observar el exterior a observar el interior. El exterior nos dará elementos para enriquecer el interior, pero el campo de acción está en la inmediatez de mí ser.
Incursionar en la autoconciencia implica no sólo observarse, analizarse y concluirse; implica sobre todo, conocerse a tal grado que soy capaz de determinar en concreto qué áreas limitan la adquisición de mi liderazgo personal. Y más aún, implica que soy capaz de motivarme a iniciar el proceso continuo de cambio para asumir el control de mi vida.
Considere los siguientes elementos para determinar cuáles pueden ser factores relevantes de esa autoconciencia que contribuirá a la adquisición de su liderazgo personal.
- Proactividad: asuma la responsabilidad plena de su vida, evitando victimizarse de las condiciones y circunstancias externas. Defina compromisos superiores y asúmalos con firmeza y determinismo.
- Personalidad: establezca cuáles son sus principales rasgos de conducta que lo definen mejor y que apoyan los compromisos adquiridos. Haga uso de su poder de personalidad.
- Valores: defina qué es lo más importante en su vida, desde su interior no desde los formateos clásicos de un sistema amañado de antivalores. Rescate desde lo más profundo de su pozo personal, los principios que dan luz a su vida.
- Energía emocional: utilizar el poder de las emociones como fuente de energía y conexión con los demás le será fundamental para que su liderazgo resulte efectivo. Una emoción potente y positiva es un mecanismo imbatible de crecimiento personal y grupal.
Ahora como podrá observar, su liderazgo personal está en sus manos, habrá que decir adiós a las pretensiones que podemos ser “ungidos” por algún tipo de filosofía, método o artilugio. La única forma confiable de adquirir su liderazgo personal radica en la decisión que tome de responsabilizarse y comprometerse con los pilares de su vida.
"La magnitud de un líder está dada por la profundidad de sus convicciones, el grado de sus ambiciones, el ángulo de su visión y el alcance de su amor" -- Doss Nathan Jackson
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