Sí nos detenemos a pensar cuáles son las principales cadenas personales que limitan a las personas a alcanzar su “don total”, encontraríamos una intensa variedad de ellas. Las personas solemos construir de forma prolifera grilletes que obstaculizan el propio progreso.
Una de estas cadenas fundamentales es la falta de disciplina, tan visible desde el lenguaje que ocupamos hasta el tono de voz pasando por otros rasgos exteriores como vestimenta y pulcritud; y esto sólo lo que corresponde a lo exterior. Si entramos a explorar a profundidad encontraremos patrones conductuales que nos limitan nuestra efectividad, como levantadas tardías por la mañana, incumplimientos de horarios, escritorios abarrotados de tareas pendientes, agendas saturadas e inconclusas, olvidos recurrentes, postergaciones. Y la lista apenas comienza.
La falta de disciplina presenta la marca distintiva del individuo sumergido en una dinámica descendente, contemplativa y decadente, que normalmente no logra ver su propia autodestrucción y tiende a victimizarse frente a las condiciones adversas que acontecen en su vida, evadiendo la responsabilidad que tiene para cambiar ese ambiente hostil que se ha generado por decisiones personales ligeras y simplistas.
Recordemos también que contar con personas indisciplinadas, además de generar autodaño, provoca un daño ni siquiera colateral si no directo y real en la dinámica que establece con otras personas, en tanto que sus pautas de incumplimiento, desidia y pasividad repercuten en las acciones de los siguientes actores en la cadena de gestión.
Romper un patrón de indisciplina resulta titánico pero hacerlo es la respuesta acertada para transformar la vida y el entorno de esa vida.
Una persona resuelta a transformarse como individuo disciplinado, debe tener en cuenta las siguientes acciones:
- Voluntad: decídase maduramente a cambiar de vida, de la indisciplina a una disciplina básica, que luego irá progresando hasta lograr un nivel de disciplina superior. Sin verdadera voluntad, todo será un deseo más que inicia por la mañana y por la tarde agoniza y al anochecer sólo será una sensación más que no se realizó.
- Plan de Acción: para que no sea esa sensación dicha, diseñe un verdadero plan para concretar las voluntades. No se trata de buenos deseos y pocos hechos. Sí logra definir acciones concretas con fechas precisas estará cerca de realizar su cambio, el mismo que le permitiría una vida más digna y libre. Precisar acciones nos acerca a metas, las metas a los objetivos superiores, pero el paso fundamental: escriba lo que hará.
- Compromiso: ahora comprométase a concretar lo que dijo y escribió que haría en su plan de acción. Ya no será cuestión de voluntad, ni de documentar la ruta de acción, lo vital está por venir cuando se comprometa plenamente, al grado que muchas de esas acciones formuladas podrían incluso ser superadas de mantenerse un compromiso genuino. El compromiso es el factor clave, vital, fundamental, para dejar de ser una consecuencia de estilos de vida inferiores.
- Estructura de apoyo: solicite apoyo a otras personas para mantenerse en la ruta; el ánimo, seguimiento y retroalimentación que otros provean serán cruciales para que no desmaye en su propósito inicial. Los copilotos de esta batalla personal deben estar allí, alertas a darnos soporte en nuestro proceso de cambio. Si no existen personas concretas, aluda a personajes excepcionales a quienes pueda modelar o lecturas enriquecedoras, que harán sin desmerito el papel de compañeros de cruzada.
- Medición de progresos y sostenimiento: medir continuamente los progresos y desaceleraciones, ayudará a mantener o retomar la ruta. Así no será algo discrecional sujeto a nuestras temperaturas emocionales. Evaluar el avance nos obliga a avanzar, no hacerlo, nos lleva a claudicar.
No olvide que el germen de la indisciplina se resistirá a salir de su cuerpo y mente, se ha arraigado e incrustado en su vida; desalojarlo será una acción de una persona superior. Con ese espacio libre, usted podrá alojar al nuevo huésped que será una actitud de disciplina que le permitirá acercarse a sus anhelos más profundos y más gratificantes de vida. Fácil no será, necesario, si.