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Gobernarse o Dejarse Gobernar Una Decisión Crucial Ante la Crisis Actual

Prosigue la debacle; donde veíamos “recuperación” aparecen rebrotes tanto epidémicos como emocionales, lo cual nos orilla a continuar en un ambiente contaminante y restrictivo. Ante este panorama no podemos bajar los brazos ni claudicar, lejos de ello, debemos apostar a construir un programa de vida que nos robustezca y faculte para enfrentar las cruzadas presentes y futuras.

Pese a que estamos expuestos a ser excedidos por un contexto intimidante, es cuestión de hacer una elección: dejarnos gobernar por fuerzas negativas, amenazas y aparentes enemigos, o elegir ser soberanos de nuestras vidas.

A continuación, se exponen ideas concretas que nos permitan autogestionar nuestra vida, evitando que la controlen instancias foráneas.  

  1. SILENCIE SUS RUIDOS. En condiciones de inactividad o solitud, pueden aparecer voces interiores “angelicales” o muy “demoníacas”. Considerando los mensajes sociales que nos circundan, así como la cultura adquirida por años, donde el concepto de “escasez” prevalece frente a la abundancia, no es extraño que nuestra mente active un mecanismo productor de ruidos que nos hacen perder foco y proyección de mejora. Estos ruidos van desde la incertidumbre hasta la pérdida de confianza en nosotros/as mismos/as, provocando una sensación ensordecedora que nos obliga a perder el equilibrio y caer en un abismo. Tome acción, propóngase y resuélvase a anular esos ruidos, reconociéndolos, bajándoles volumen hasta que desaparezcan. Sólo son mensajes castrantes de duda, culpa y desconfianza que nos alejan de nuestro señorío y majestad interior.
  2. ENFRENTE SUS DESAFÍOS. Sí antes eran algunos, ahora serán mucho más desafíos y no por eso, nos debemos amilanar, más bien, motivarnos a hacerles frente y superarlos. Identifique que campos de su vida tienen que ser trabajados de inmediato: formación, economía personal, autoestima, desempeño, actitud, etc.; luego, plántese frente a ellos y gríteles su autoridad.
  3. HAGA USO DE SU CAUDAL INTERIOR. Remonte su historia y rescate aquellos tesoros que posee, heredados desde su infancia hasta el momento actual: familia, valores, creencias positivas, formación, habilidades, conocimientos, relaciones, etc. Este resulta un patrimonio de mucho valor que haciendo uso del mismo le permite afrontar con buenas probabilidades los desafíos mencionados anteriormente.
  4. ACTIVE SU FUERZA INTERIOR. Cada uno/a posee un imperio y un regimiento que le permite avanzar. Es el mismo poder que le ha posibilitado mantenerse, ahora sólo necesita incrementarlo en proporción al reto descomunal actual. Esa fuerza toma forma y dirección cuando enfocamos la atención en el designio para el que fuimos creados, el cual conlleva una potencia inmensurable.
  5. VISUALICE Y CONCRETE UNA META ENRIQUECEDORA. Ahora es cuestión de tener uno o más proyectos que permitan canalizar esa energía positiva que hemos reactivado de nuevo, para así hacer realidad aquello de lo que somos capaces de crear o recrear pese a las actuales circunstancias. Trabaje en una meta que se traduzca en bienestar individual y social, que transmita una sensación de realización y posesión de algo valioso y superior. Una vez iniciado ese proyecto, no dé marcha atrás, aunque reaparezcan las fuerzas enemigas de las que mencionamos al inicio. Así dinamiza su crecimiento y transformación personal.

La dificultad de lo anterior radica en realizarlo día con día, pero ese esfuerzo se traduce en resultados evidentes: tomar la rienda gloriosa de su vida y dejar de ser presa de la desesperanza. Aquí aplica oportunamente la historia del jefe de una tribu quien acude al chamán, después de varias noches en las que soñaba que peleaban dos lobos, uno bueno y otro malo, por lo que le pregunta al chamán: ¿cuál lobo ganará?, ¿el bueno o el malo?, a lo que el chamán responde: “aquel al que tú alimentes más”. Así que usted decide a qué alimentará más: a gobernarse a sí mismo/a o a que lo gobiernen las ideas limitantes o las circunstancias.

“No se puede poseer mayor gobierno, ni menor, que el de uno mismo.”- Leonardo Da Vinci

“¿Cuál es el mejor gobierno? El que nos enseña a gobernarnos a nosotros mismos.”- Johann Wolfgang von Goethe

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