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Activando Nuestro Poder Interior y Transformador Ante la Crisis

Continuamos afrontando un cerco prolongado, cargado de mensajes y sensaciones negativas. Los pensamientos intrusivos podrían erosionar gradualmente nuestra salud en diferentes áreas y con ella inhibir nuestra capacidad de proponer acciones de reconstrucción y consolidación de una realidad que nos provea las condiciones para reincorporarnos a la productividad y la normalidad.

Es vital e impostergable que dejemos la inacción y elaboremos propuestas que den un giro positivo y recuperador a la estancada existencia que nos hemos visto obligados a experimentar.

En medio de este contexto incierto, tenemos la capacidad real y potencial de hacer que las cosas ocurran. Podrán prevalecer ciertas limitantes físicas, pero no tienen que legitimarse las limitantes mentales o emocionales; son áreas donde podemos actuar decididamente activando nuestro Poder Interior y Transformador para modelar y edificar un futuro promisorio. Revisemos los ámbitos donde podemos evidenciar este poder:

PODER PARA OLVIDAR. El primer poder que disponemos es nuestra descuidada capacidad para olvidar todas aquellas experiencias e ideas que en el transcurso de la vida nos han condicionado y atado de tal forma que no nos permite avanzar. Olvidar en el sentido de desarticular esas creencias o pensamientos que se arraigaron en nuestra vida para ponernos una camisa de fuerza. Debemos de reconocer cuáles son esas vivencias y creencias asociadas para dejarlas ir y así evitar su opresiva obsesión que nos resta empuje ante nuevos desafíos. Resentimientos, nostalgias, decepciones, temores, entre otros, deben dejar de tiranizarnos, siendo firmes y determinados en soltarnos de su sombra paralizante. Este poder nos permite armonizar nuestro interior para transformar las energías que antes utilizábamos para juzgar, descalificar y castigar en energías positivas para comprender, aceptar e integrar, a través de la reconciliación con nosotros mismos, los demás y la vida misma.

PODER PARA CREAR. Es más que claro que es un nuevo comienzo y habrá que inventar, reinventar e innovar permanentemente. Tenemos la responsabilidad y el privilegio de hacer uso de la creatividad, la cual se basa en una imaginación madura y sustentada en conocimientos, intuiciones y prácticas que nos permiten visualizar la proyección de hechos futuros, concibiendo mejores escenarios y propuestas reales que sean respuesta de solución frente a las carencias o deficiencias que estamos enfrentando. Se trata de activar el poder de atrapar vivamente una idea ingeniosa y motivadora que trascienda las fronteras mentales y supere los obstáculos presentes. Más de lo mismo ya no es opción. Si no queremos que los problemas nos rebasen, es momento de generar soluciones creativas y eficaces que mejoren con mucho la calidad de vida que por ahora se ha deteriorado seriamente.

PODER PARA REALIZAR. Concebir una idea ganadora conlleva usar el poder de concretar en hechos la misma. La creación preliminar tomará forma real cuando ejecutemos las acciones pertinentes y coherentes del proyecto inspirado con nuestra imaginación lúcida y vigorosa. Es aquí donde se demuestra el verdadero poder para hacer que las cosas sucedan al grado que nos asombre y gratifique. No son teoremas o formulas, son ideas fructíferas que resisten el análisis al demostrar que se traducen en resultados prácticos y reales ante los apremiantes desafíos.

PODER PARA CONTROLAR. El poder de revisar las acciones previstas y establecer cambios oportunos es vital para el logro de nuestros propósitos y que pretenden responder a determinadas necesidades a subsanar. No debemos ser víctimas de nuestras circunstancias o de imponderables; podemos estar vigilantes al proceso, evaluar su avance y establecer modificaciones pertinentes que mantengan o mejoren el rumbo previsto. Concomitante al poder de controlar, se retoma el poder para crear nuevas y mejores soluciones en caso haya que ajustar las concebidas previamente.

PODER PARA INFLUIR. Es la capacidad de generar un efecto multiplicador en los demás a partir del éxito de nuestras creaciones, concretadas en logros observables. Ciertamente es posible generar un impacto positivo en otros al grado que pueda entusiasmarles y motivarles a concebir sus propias propuestas o enriquecer las previas, provocando un efecto en cadena que integre a actores efectivos capaces de incidir en la búsqueda de un modelo superior de vida. De esta manera se manifiesta el poder para contagiar la pasión de propiciar constantes procesos evolutivos.

PODER PARA DAR. No es cuestión de figurar o protagonizar ante los aportes que realicemos, es más bien cuestión de DAR a los demás aquellos frutos obtenidos de nuestro esfuerzo y constancia, concebidos en una idea creadora hasta hacerla una realidad próspera. Es la capacidad de entregarse y compartir con los demás bajo la premisa que toda faena está en función del bienestar de las personas que requieren de nuestras facultades. Todo el esfuerzo para crear, realizar e influir no tiene sentido si no lo entregamos a los otros como los receptores prioritarios e inspiradores directos del uso pleno de nuestros poderes.

Nada de lo anterior resulta fácil pero sí factible, es cuestión de ejercer poder….

“Si hiciéramos todas las cosas de las que somos capaces, literalmente nos sorprenderíamos a nosotros mismos” -Thomas A. Edison

“No hay nada, a menos que nuestro pensamiento lo cree” - Shakespeare

www.coachinginteractivo.com

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