Menos oportunidades laborales pueden apreciarse en el momento actual y probablemente en un horizonte cercano, respondiendo a este escenario que ya no debería llamarse crísis, sino una nueva realidad que parece tener su propia dinámica que como un virus muta a su conveniencia expandiéndose y prolongando sus síntomas. Mientras, los teóricos expertos continuarán buscando la “vacuna”. En tanto eso ocurra, basta con la pasividad y quedarnos observando la procesión de lamentos y desconciertos; debemos diseñar nuestro mejor plan para hacer frente a la perpetuidad del cambio y así transformarnos en función del mismo de forma propositiva y proactiva.
Ante el hecho de que muchas personas se encuentran cesantes, desvinculadas de sus trabajos anteriores y ante la incertidumbre de los que aún conservan los suyos, se pone de manifiesto que los perfiles personales y profesionales deben ser verificados y analizados con verdadero sentido crítico, dejando de lado nuestras autocomplacencias y proceder más bien a una autoexigencia que nos ayude a pasar de lo que eramos a lo que debemos ser. Lo que eramos que nos estimule a reconocer que fuimos capaces o que hemos llegado hasta acá, pero no para creer que será funcional en este escenario todavía irreconocible. Demos la bienvenida al nuevo hombre, a la nueva mujer, aquellos que podrán plantarse ante los desafios y podrán asumirlos con responsabilidad enriquecedora de vida.
A continuación algunas recomendaciones a tener en cuenta en este proceso de revisión:
1. Levante su perfil personal y profesional. Apóyese en su Currículum, desgloce, observe y determine su trayectoria. Establezca sus principales logros y dimensione las competencias desarrolladas genuinamente. ¿Qué aprendí? ¿Cómo crecí? ¿Cuáles son mis mejores recursos desarrollados a través de esta trayectoria? Evite caer en una lista de virtudes románticas, no olvide que si no lo puede comprobar con hechos entonces no cuenta.
2. Recuerde las observaciones hechas por sus superiores o compañeros, es decir, sus clientes internos, y lejos de todo apasionamiento defensivo, obtenga la información objetiva que permita determinar aquellas áreas de mejora en usted. Sí elimina la carga emocional del momento en que se recibió y quiza no se aceptó, posiblemente podrá obtener una retroalimentación certera de lo que puede cambiar a su favor. Debemos tener presente que toda llamada de atención o crítica es un favor que nos hacen directa o indirectamente, reviértalo a su favor.
3. Desarrolle un plan de vida en acción real. Examine cómo se encuentra el entorno laboral donde usted se desenvuelve o aquellos dónde desee incursionar. Determine las causas de su actual situación, para ello las dos actividades anteriores serán de mucha utilidad. Ahora comience a trazar caminos en línea recta para alcanzar sus propósitos vitales, no los secundarios. En dichos planes deben prevalecer sus metas sustentadas en su fundamento como persona única, no los guiones aprendidos e indescifrables que le han nublado la visión de su brújula. Posteriormente establezca actividades concretas para llegar a dichas metas. La rigurosa disciplina en mantenerse en dichos caminos es vital para llegar a un punto diferente de dónde se encuentra ahora. Una premisa básica para estas actividades es que tendrán que tener un componente riguroso de formación e información que se traduzca en conocimientos que facilitarán la toma de decisiones en su nuevo navegar así como a proyectar nuevos comportamientos imponentes para enriquecer su medio.
Inicie su propio proceso de transformación, de lo contrario continuará siendo víctima indefensa de la escena dramática de un mundo que decidió cambiar sin nuestro consentimiento.