El coaching es una respuesta afirmativa que las personas son capaces de alcanzar su potencial y brindar sus aportes ilimitados e inimaginables. Sin duda todo lo anterior se cuestiona debido a las fantasías que se pretender atribuir al coaching por parte de algunos. De allí la pregunta si es una moda o una necesidad. Pues claro, moda porque muchos hablan de esta técnica sin realmente comprobar su eficacia, más bien enfocándola en la comercialización de la técnica y no en la realización de la misma.
No obstante ese desenfrenado mercadeo, lo cierto es que el coaching es tan necesario como la necesidad de la evolución. Proveer las condiciones para esa evolución del individuo es un factor determinante en el éxito que alcanza el mismo y sus repercusiones en su entorno laboral, familiar y social.
Podemos observar, ahora sobre todo, en medio de estos tiempos de demandas, limitantes y necesidades apremiantes que muchas de las personas clave en nuestra organización aportan más de lo mismo, en el mejor de los casos, si no por debajo de lo mismo. ¿Qué ha sucedido? Sencillo, las condiciones han cambiado y las personas no hemos logrado identificar los caminos a seguir para encajar en las nuevas condiciones. Cómo alguien puede aportar creativa y adicionalmente si persisten dos condiciones vitales: una, que el entorno ahora es mucho más impredecible y dos, se desconoce el diseño personal de cada uno y por tanto es difícil accesar a nuestros propios recursos para hacer frente a las nuevas realidades.
Un verdadero coaching permite a la persona redescubrirse y encontrarse con un potencial más allá de lo concebible, partiendo de la premisa que somos reales portentos en medio de nuestros condicionamientos. Sólo es cuestión de poder accesar con la llave correcta a ese tesoro individual de cada persona para que el mismo comience a generar sus propias ganancias. De allí que el coaching es una charla intelectiva, activa y productiva que facilita al pupilo salir de su zona de confort y emprenda acciones superiores.
El momento actual si bien nos invita a la acción, paradojicamente, nos orilla a la paralisis, a la inacción y la duda existencial de nuestro propio objetivo de vida. Desde esa perspectiva, ¿Quién puede trascender, transformarse y evolucionar para hacer frente a las necesidades de cambio que nos acechan?
La única forma de desenmascarar que el coaching no es una moda o charlatanería es que haya resultados: cuando la persona beneficiada del coaching decida por si misma aportar inteligente, creativa y decididamente en la vida de los demás y en la gestión de un trabajo verdaderamente productivo y superior.